lunes, 5 de septiembre de 2022

Educación o la formación de una conciencia crítica

Continuum

                                                        Laura Castro Golarte

 

Es una verdad de aceptación generalizada la trascendencia de la educación para el desarrollo de los pueblos, de las naciones. Una educación deficiente está asociada con bajos estadios de progreso y siempre se plantea como reto y prioridad, independientemente de si se trata de un país altamente desarrollado o uno con las mayores dificultades económicas; la educación implica procesos dinámicos en constante cambio y adaptación.

Nada más a manera de ejemplo, la pandemia obligó a hacer ajustes y modificaciones sobre la marcha para lograr que en tales circunstancias por lo menos no decayera la calidad educativa. En países como el nuestro, cuyo rezago educativo es histórico, tan arraigado que parece endémico, el desafío era superior.

Unas dos semanas antes del regreso a clases para el ciclo escolar 2022-2023, se presentó el Plan de Estudios de Preescolar, Primaria y Secundaria de la Secretaría de Educación Pública. La polémica y las críticas explotaron. Gracias a eso, busqué los documentos originales, las publicaciones en el Diario Oficial de la Federación y otros antecedentes para tener una información más precisa. Se trata de una tarea fundamental en la que se trabaja desde hace 18 meses con la participación de todos los sectores involucrados en la educación, en procesos pedagógicos, didácticos e, incluso, filosóficos: instituciones, expertos, docentes, padres de familia, estudiantes, pedagogos, sociedad civil. Se elaboró un diseño inicial y desde enero de este año se sometió a sucesivas consultas para mejorar y ajustar cualquier propuesta del contenido.

Encontré lo que buscaba y, dicho sea de paso, recomiendo a quien lea estas líneas que haga lo mismo porque el filtro a través de los medios de comunicación, de información tan extensa, detallada y especializada, deja la mayor parte del contenido fuera de tiempos y espacios.

El plan se concentra en la promoción e impulso de una educación básica integral para la formación de ciudadanos y ciudadanas “con principios de igualdad sustantiva, solidaridad, reparación del daño, libertad, interculturalidad, justicia ecológica y social, igualdad de género, sexual, inclusión y diálogo de saberes”. A través de esta formación la idea es alimentar el desarrollo de una conciencia crítica que sitúe a los educandos en su entorno social en términos de compromiso e interrelación desde una perspectiva humanista y ya no individual.



Contra la homogenización de la educación que se arrastra desde fines del siglo XIX, con cambios efímeros y regresiones, se exalta la importancia de cada plantel en el entorno donde se encuentra con una educación diferenciada dada la diversidad de los integrantes de cada comunidad educativa, pero, al mismo tiempo, una educación útil para reducir los índices de desigualdad en diferentes aspectos.

Los ejes articuladores son siete: pensamiento crítico, interculturalidad crítica, igualdad de género, integración, vida saludable, artes y experiencias estéticas y apropiación de las culturas a través de la lectura y la escritura. Y los campos formativos: 1.- Lenguajes, 2.- Saberes y pensamiento científico, 3.- Ética, naturaleza y sociedad y 4.- De lo humano a lo comunitario.

Es posible tener acceso a la justificación y al plan en los sitios de internet de la Secretaría de Educación Pública. También está la presentación del 16 de agosto en YouTube.

Este plan, que propone la definición de seis fases que contiene los grados del nivel básico (12), se aplica a nivel piloto en todo el país (30 escuelas por estado) pero nada más las fases dos, tres y seis, es decir, las correspondientes al primer grado de cada nivel.

Todos los expositores durante la presentación mencionaron, como una parte fundamental, el diseño curricular enfocado en el desarrollo de una conciencia crítica de frente al entorno social y alejado de dogmas. Para tenerlo en mente. 



Periodista, doctora en Historia, docente en ITESO. Correo electrónico: lauracastro05@gmail.com. Esta columna se publicó en el Semanario de la Arquidiócesis de Guadalajara el domingo 4 de septiembre de 2022.

domingo, 28 de agosto de 2022

Realidad y percepción

 Continuum

Laura Castro Golarte

 

Es complicado. Desde hace lustros, México ha estado marcado por la inseguridad, la violencia y la operación del crimen organizado sin que parezca que desde la autoridad esas actividades ilícitas que nos afectan a todos, hayan sido o estén siendo atajadas.

Recuerdo como si fuera ayer, en enero y febrero de 2011 y luego en mayo de 2015, cuando estuvimos en vilo en Guadalajara y la zona metropolitana, por los narco bloqueos, incendios y otras acciones de grupos delincuenciales por la detención de algunos de sus miembros. La detención de Ignacio Coronel en tiempos y procesos que marcan la aparición del Cártel Jalisco Nueva Generación está aún en la memoria colectiva dada la intensidad e impacto de tal noticia.

No ha cesado desde entonces y ahora, mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador habla de “abrazos no balazos” cinco estados de la República se incendian, literal, por el mismo tipo de manifestaciones del crimen organizado, salvo en el caso de Ciudad Juárez que respondió a otros procesos, criminales también, pero distintos.

Hay cosas sobre las que es preciso reflexionar en torno a esta realidad y las respectivas percepciones. En primer lugar, hasta donde veo y leo, la expresión de “abrazos no balazos” tiene que ver con la política pública enfocada en la atención de las causas de la delincuencia: pobreza, drogadicción, falta de oportunidades, justicia, estado de Derecho. Y esto no implica que no se trabaje de manera paralela en estrategias, acciones y medidas para combatir al crimen en sus operaciones cotidianas.

Desde 2011 sabemos, por lo menos en Jalisco, que los bloqueos e incendios de vehículos, además de generar temor y sí, una sensación de peligro, de caos y de que estamos sitiados y a merced de los delincuentes, son manifestaciones provocadas por la detención de líderes o miembros de sus organizaciones. Y es justo lo que hemos estado viendo en los últimos días en Jalisco, Guanajuato, Baja California y Michoacán. Es su modus operandi por lo menos desde 2011.

Después de los sucesos en estas entidades y en Ciudad Juárez, Chihuahua, los integrantes del gabinete de Seguridad del Gobierno federal presentaron un informe apenas el lunes pasado de los sucesos de los que todos o casi todos estuvimos al tanto y de los que resultaron varias y muy lamentables pérdidas humanas.

De manera precisa, sin eufemismos, el secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval González, habló de las acciones “para debilitar” al CJNG tanto en la parte financiera como en la operativa y se refirió a las detenciones de 2020 y a las de 2022 en Puerto Vallarta, Zapopan, Ixtlahuacán de los Membrillos e Ixtlahuacán del Río, Jalisco. Se habló también de la coordinación entre el Ejército y la Guardia Nacional con las policías de los estados y la numeralia de arrestos y confiscaciones.

El avance del crimen organizado fue exponencial en sexenios anteriores y no será suficiente una administración para atajar su crecimiento, la fortaleza que alcanzó y la incursión en entidades gubernamentales protegido por personajes como Genaro García Luna.

Sin embargo, la realidad que vivimos y las percepciones alimentadas por actores mediáticos irresponsables, que complejizan y enrarecen aún más el ambiente, obligan a avanzar contra el crimen organizado con mayor celeridad y a fortalecer los mecanismos de información sobre lo que sí se hace contra una situación tan indignante y dolorosa.



Periodista, doctora en Historia, docente en ITESO. 

Correo electrónico: lauracastro05@gmail.com.

Esta columna se publicó en el Semanario de la Arquidiócesis de Guadalajara el domingo 21 de agosto de 2022.

jueves, 18 de agosto de 2022

Alcalde: faro y brújula

Continuum 

Laura Castro Golarte

Justo hoy se cumplen 230 años del fallecimiento de fray Antonio Alcalde y Barriga, quien fuera el vigésimo segundo obispo de Guadalajara. Un personaje del que no dejaremos de hablar mientras persistan, como es y como ha sido, sus obras más grandes y su ejemplo. La brújula que orienta y el faro que ilumina, con todas las connotaciones posibles. 
        He tenido el gusto y el privilegio de conocer la historia de fray Antonio Alcalde desde hace mucho tiempo y, aún ahora, no deja de sorprenderme. Hace 30 años, cuando se cumplieron 200 de su muerte y la ciudad y sus instituciones civiles se volcaron en homenajes y festejos, salieron a la luz noticias e interpretaciones que contribuyeron a conocer y comprender mejor la personalidad del fraile de la calavera. 
Retrato de fray Antonio Alcalde y Barriga en el Museo Nacional de la Escultura, Valladolid, España.

En aquella ocasión, tuve la oportunidad de entrevistar al Dr. Carlos Ramírez Esparza, de feliz memoria, quien se dedicó, motu proprio, a estudiar la vida y la obra de Alcalde. Él tenía una idea muy clara de por qué Alcalde era como era, por qué la persistencia, la fortaleza, la longevidad y la determinación para hacer las cosas. Según el Dr. Ramírez Esparza no fue casualidad que el dominico derramara toda su bondad y generosidad sobre los tapatíos; en gran medida, decía, fue producto del medio ambiente en el que se formó y que le imprimió a su personalidad características muy especiales; su longevidad por ejemplo, herencia genética, permitió que ya siendo un anciano continuara los últimos 21 años de su vida trabajando con una gran lucidez a favor de los pobres, las mujeres desamparadas, la humanidad doliente y la educación de los jóvenes. 
    Además de la longevidad (cuando murió tenía 91 años cumplidos), otras características especiales fueron la orden a la que perteneció: la de Santo Domingo; y la tierra donde nació: Castilla, una región que se conoce como “tierra de cantos (piedras) y santos”: inhóspita, fría, pedregosa, árida… y el hombre no es sino producto del medio ambiente que lo rodea. Esa tierra, afirmaba el Dr. Ramírez Esparza, hizo a Antonio Alcalde un hombre fuerte, capaz de luchar contra la naturaleza, pero también lo hizo un hombre místico: “en esa tierra no se puede ser incrédulo”. Propio de la orden es también la educación y la fundación de universidades, así como la austeridad, la sencillez que cautivaron al rey Carlos III y por eso fue a dar a la Nueva España con 60 años de edad. 
    Hay por lo menos dos aspectos de los que me enteré hace más o menos un año y son a los que me refiero cuando hablo de sorpresas y que confirman el parangón con el faro y la brújula. Determinación, claridad, humildad. Uno, es que Alcalde se lanzó a la construcción del Santuario de Guadalupe sin el permiso del rey. Prefirió que el asunto se dirimiera cuando las obras estaban avanzadas porque, de otra manera, no empezarían ni siquiera o quedarían inconclusas; cabe decir que el asunto no pasó a mayores porque Alcalde destinó recursos para esta obra. 
    Y el otro es que, según el testimonio de Agustín José Mariano del Río de Loza, su contemporáneo, Alcalde respetaba de tal manera a las personas que estaban a su servicio, que prefería quedarse sin comer, que despertar al cocinero. 
    Se habla siempre de que Alcalde es ejemplo, por su vida y su obra, por sus dotes de administrador y su visión para atender problemas; por sus gestiones y su habilidad para conciliar posturas distintas y diferencias que parecían insalvables. Por su grandeza, su sabiduría y su humildad. Es cierto, fue lo que fue y todavía, a 230 años, faro y brújula.

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Periodista, doctora en Historia, docente en ITESO.

Correo electrónico: lauracastro05@gmail.com

Esta columna se publicó en el Semanario de la Arquidiócesis de Guadalajara el domingo 7 de agosto de 2022.

Sobre la reunión bilateral

 Continuum

 


Laura Castro Golarte

 

Históricamente, las relaciones entre México y Estados Unidos han sido muy complejas, difíciles, ríspidas y de intromisión de allá para acá, más que armónicas y productivas para ambas naciones. La invasión y el despojo de 1847-1848 fueron cuestionados por los mismos estadounidenses, empezando por Abraham Lincoln, en ese entonces legislador. Poco se sabe, pero a partir de esa invasión “injusta” como la calificó, años después, Ulysses S. Grant en sus Memorias, surgió la primera expresión de lo que conocemos como “desobediencia civil”, un concepto que muchos años más tarde inspiró a Gandhi: el escritor Henry David Thoreau manifestó su oposición a la intervención bélica en México dejando de pagar impuestos.

            Otro ejemplo, sólo por mencionar dos de decenas, es la activa y efectiva intervención del embajador Henry Lane Wilson en la Revolución mexicana; prácticamente el autor intelectual de la Decena trágica, el principal soporte de Victoriano Huerta. Wilson exigió a Francisco I. Madero privilegios para hacer negocios y como el Presidente de México se negó, la respuesta del diplomático fue criminal, literal.


Reunión entre Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden el 12 de julio de 2022 en Washington, D.C. Fotografía tomada de Expansión Política.


Estos episodios y otros, la historia en su conjunto, mucho más desventajosa para nuestro país, está y estará en el telón de fondo del escenario bilateral México-Estados Unidos, independientemente de quiénes sean los gobernantes en turno.

            En este orden de ideas, en lugar de calificar la reunión del 12 de julio (falta que los acuerdos se implementen y las promesas se cumplan), me parece fundamental que se remarque e insista, como se hizo, que la relación debe ser de integración y no de sometimiento; la historia cuenta. Es conveniente para ambos países apostar por la cooperación, sin abusos, diseñar y emprender acciones concretas y congruentes con una realidad complicada y dolorosa marcada por la violencia, el tráfico de armas, el tráfico y consumo de drogas, la migración ilegal y la corrupción asociada que ha costado tantas vidas.

            Los cinco puntos planteados por México tienen que ver con esto. Son una combinación de cooperación, de relación armónica por el bien de ambas naciones: la gasolina en la frontera para beneficio de consumidores estadounidenses; disponibilidad de gasoductos mexicanos en previsión del próximo invierno para evitar una eventual crisis energética como la que sufrió Texas el año pasado; suspensión de aranceles que permita bajar precios, particularmente de alimentos; impulso a las inversiones en ambos lados de la frontera para fortalecer la producción y consumo en los dos mercados internos así como ordenar el flujo migratorio.

            El acuerdo migratorio entre México y Estados Unidos está pendiente desde hace casi 30 años, lo que se ha hecho hasta ahora ha sido paliativo, cosmético, mediático, electorero, efímero, insuficiente. Urge sentar bases que trasciendan los periodos de gobierno. El planteamiento del Presidente de México de regularizar a los que ya trabajan allá no es descabellado; ni la promesa del Presidente de Estados Unidos, exagerada (600 mil visas para empleo temporal): hay 11.5 millones de empleos vacantes del otro lado del Río Bravo que seguramente se incrementarán con el programa de infraestructura que propone la administración estadounidense. Con voluntad, hay manera.

           

 



Periodista, doctora en Historia, docente en ITESO. 

Correo electrónico: lauracastro05@gmail.com

Columna publicada en el Semanario de la Arquidiócesis de Guadalajara el domingo 24 de julio de 2022.

Autosuficiencia

 Continuum

 

Laura Castro Golarte

 

Desde la Colonia, sí, me refiero al virreinato, hasta hace muy poco tiempo, los recursos naturales de nuestro país han rendido frutos y beneficios más a otras naciones que a los habitantes de este territorio generación tras generación. Esto queda perfectamente claro cuando se revisan los documentos de la independencia, tanto del movimiento, como de los primeros años de la República mexicana.

Los conspiradores de Querétaro, particularmente Epigmenio González, Hidalgo, Morelos, Tadeo Ortiz de Ayala (un ilustrado tapatío del que se conoce poco o nada), Valentín Gómez Farías, Mariano Otero, Benito Juárez, Miguel Lerdo de Tejada, Emiliano Zapata y Lázaro Cárdenas, entre los principales, en diferentes momentos, en actas, manifiestos y leyes, se preocuparon y ocuparon por hacer valer la rectoría del Estado sobre la tierra y sus recursos. Ha costado mucho trabajo.

Y ha sido difícil porque México como nación independiente se complicó los primeros años con guerras internas, falta de dinero y deudas, de manera que era necesario recurrir a los inversionistas extranjeros para, por fin, echar a andar al país. Las divisiones eran casi naturales, pero se logró consolidar, a tiros y a tirones, en la Constitución, la hegemonía del Estado sobre este asunto.



Es muy interesante el tema y el espacio es corto, pero quiero llamar la atención sobre el Artículo 27 de la Carta Magna, hay que seguirle la pista por lo menos desde 1857, para entender, en gran medida, lo que se intenta ahora: recuperar la rectoría del Estado mexicano sobre el petróleo, el litio, la energía eléctrica generada de diversas formas y los minerales.

Recientemente se inauguró la primera etapa de la refinería “Olmeca” en Dos Bocas, Tabasco y me sorprende, aunque no debería en muchos casos, la reacción adversa y ¿de burla? particularmente en redes sociales.

Se deja en evidencia una ignorancia tremenda sobre lo que ha sido nuestra historia en este tema porque no encuentro la razón argumentada para cuestionar el trabajo a favor de recuperar la rectoría del Estado en materia energética que, por lo demás, es un asunto de seguridad nacional.

No sólo se inauguró una primera etapa de una refinería después de 49 años de no construir ninguna, sino que se han modernizado seis refinerías, se compró una a la Shell Oil y, con eso, se ha duplicado la producción de gasolinas, diésel y turbosina (se pasó de procesar 519 mil barriles diarios de crudo en 2018, a un millón 98 mil barriles diarios de crudo en 2022) con el propósito, además, de lograr hacia 2024 la autosuficiencia en combustibles. Para lograrlo no se ha contratado deuda y sí están invirtiendo empresas extranjeras con los acuerdos necesarios para que no se queden con la mayor parte del pastel.

¿Y qué es la autosuficiencia? Quizá esto es lo que ha faltado explicar para cerrar el círculo y entender estos procesos: significa que no se importarán gasolinas para el consumo interno y que, por lo tanto, será posible mantener precios razonables, inflación controlada y un componente fundamental de todas las actividades económicas sin tantos vaivenes, digamos, en términos armónicos para pensar, empezar a pensar, que otro nivel de vida, mejor, es posible.

Hay conciencia de que este tipo de energía se tiene que sustituir por otros disponibles y menos contaminantes, pero para eso todavía falta algo, mientras tanto, hay que aprovechar de la mejor manera lo que todavía tenemos.



Periodista, doctora en Historia, docente en ITESO.

Correo electrónico: lauracastro05@gmail.com

Columna publicada en el Semanario de la Arquidiócesis de Guadalajara el domingo 10 de julio de 2022.

domingo, 26 de junio de 2022


 

¿Para qué sirve la oposición

 

Con mucho gusto les comparto que desde el 12 de junio, un domingo sí y uno no, aparecerá la columna Continuum en el Semanario de la Arquidiócesis de Guadalajara, agradezco el espacio y la oportunidad de establecer contacto con los lectores. Como siempre, a su consideración.


Continuum


Laura Castro Golarte[1]

 

Después de las elecciones del 5 de junio pasado en seis estados de la República, al triunfalismo inicial de la alianza Va por México que ganó dos de seis (o perdió cuatro de seis), siguió una reacción que revela la degradación de los partidos mal llamados de oposición en México. Una actitud lo más alejada (de por sí) de los intereses y preocupaciones de los mexicanos: decretaron una “moratoria constitucional”.

¿Para qué sirve la oposición? La verdad es que en México no tenemos mucha experiencia, como ciudadanos, en cuanto a la operación de partidos de oposición. Se supone que deben actuar en función del mandato popular, por supuesto, en defensa de las necesidades e intereses de la sociedad a la que se deben. Se supone también que deberían despertar una especie de aliento y confianza social porque les corresponde actuar como contrapeso de los ejecutivos para que no abusen del poder. Sin embargo, nunca o casi nunca se han comportado de esa manera ¿alguien tiene en mente alguna acción de los partidos de oposición emprendida en función del interés nacional? ¿Alguien? ¿alguna? ¿En nuestra historia reciente? Remarco: interés nacional.

En regímenes parlamentarios, por lo general, la oposición no sólo funciona como contrapeso del gobierno en turno sino que es gobierno. Comparte responsabilidades al ocupar puestos en el gabinete del primer ministro en turno para llevar adelante agendas ambientales, progresistas, sociales, económicas y/o diplomáticas; para llegar a acuerdos, para definir programas y políticas en beneficio de la sociedad a la que se deben.

En México no es así y no ha sido hasta donde tengo memoria y conocimiento histórico con alguna rara excepción quizá perdida en el tiempo. Por supuesto no me refiero al régimen parlamentario sino a la actitud de la oposición. Dividida en facciones desde antes de la consumación de la Independencia cuando empezaba el siglo XIX, la clase política nacional, entre que de buena fe, ingenua, “soñadora” de uno o de otro proyecto de nación y no dudo que también perversa, no ha puesto por encima de intereses de cualquier índole, el bien superior de la nación. Es probable que, en algunos momentos, algunos personajes, hayan creído que lo hacían, o lo hicieron efectivamente pero duró poco. Han sido más fuertes y profundas las diferencias, la mezquindad y un orgullo mal entendido que han convertido en eterno aquel anhelo de que México formara parte del conjunto de naciones civilizadas.

Vivimos algo muy similar en estos días. La “oposición” realmente derrotada en las elecciones del 5 de junio (desde 2018 los partidos en esa posición siguen en la lona), ahora se pone de acuerdo para frenar cualquier iniciativa del Ejecutivo federal que implique reforma constitucional. No importa si es buena, si es necesaria; si no está tan bien pero se puede mejorar. Descalificación a priori, no más porque sí. Muy lejos están de actuar como debería una oposición que se precie de serlo, con trabajo legislativo y político, especializado, sin olvidar que en el centro de todo deberíamos estar los mexicanos. El rechazo es ciego, irracional, sin argumentos de peso y sin considerar el sentir de los ciudadanos a los que deberían representar; así actuaron con la reforma energética.

En los tiempos que corren, de los que somos testigos mudos e impotentes, la oposición no sirve ni para aliarse y ganar elecciones, mucho menos para atender reclamos ciudadanos añejos y ni qué decir para actuar como contrapeso del Ejecutivo. No sirve más que para cobrar por nada.


* Esta columna se publicó el 26 de junio de 2022 en el Semanario de la Arquidiócesis de Guadalajara.



[1] Periodista, doctora en Historia, docente en ITESO.

Renovación constante

 Continuum

 

Renovación constante

 

Laura Castro Golarte[1]

 

La organización de las elecciones en México ha estado sometida a sucesivos cambios, más o menos significativos, desde fines de los años setenta del siglo pasado; no abordaré aquí el paso de las elecciones indirectas a las directas, ni las limitaciones para ejercer el sufragio que se imponían a los ciudadanos en el siglo XIX, ni la resistencia y posterior “permiso” para que las mujeres pudieran votar o las reformas en los años sesenta para garantizar la permanencia del PRI como partido hegemónico.

Todos son, sin dudas, aspectos importantes en la historia de las elecciones en México, sin embargo, dada la información coyuntural, quiero mejor llamar la atención sobre esto: las reformas han sido constantes porque se trata de un quehacer nacional dinámico y sujeto a revisiones de forma permanente, justo por la manera en que se ha dado. Quizá muchas personas no lo recuerden o se trata de nuevas generaciones que no disponen de tal información, pero toda la parafernalia electoral ha estado sometida a constantes modificaciones y reformas: 1964, 1977, 1987, 1990, 1993, 1996, 2008, 2012, 2014 y 2020 más la que se discute.

Aun cuando en el sexenio de José López Portillo (1976-1982) los cambios legales en materia electoral abrieron el espectro de la participación política a través de otros partidos, la organización de los comicios siguió bajo el control del Gobierno federal. La máxima autoridad en la materia era la Secretaría de Gobernación y así lo fue entre 1946 y 1996. Cincuenta años de control directo para asegurar que el PRI siguiera en el poder con mayoría absoluta y calificada en el Congreso, por supuesto. Esta realidad fue la que llevó a Vargas Llosa a afirmar que el gobierno de México era una dictadura perfecta.

En este periodo las reformas en materia electoral han sido alrededor de una decena. Algunas de ellas regresivas, particularmente las tres anteriores a la de 1996; y otras han representado logros y avances fundamentales en materia de equidad y género por ejemplo. Aun así, siempre hay pendientes: lagunas que llenar, defectos que corregir, nuevas realidades que asumir, blindajes que diseñar; grietas, por donde se podría colar un fraude electoral, que sellar; innovaciones para modernizar y mejorar, entre otros aspectos que de pronto y, apenas, saltan a partir de la última elección.

En México, lo sabemos, más tarda en estrenarse un marco legal para las elecciones que vienen, que los partidos en buscar la manera de darle la vuelta. En nuestro país las leyes electorales deben estar en constante renovación y cambio. No hay de otra. Ojalá el ingenio para violar la ley, elección tras elección, se usara en actividades más creativas, honestas y de beneficio generalizado. El IFE funcionaba bien, más todavía con la creación del servicio electoral de carrera, pero como sí estaba dando resultados a favor de un sistema plural, transparente y cada vez más robusto, los partidos se propusieron, con una disciplina que pasma, echarlo a perder. La reforma que se anuncia no es para desgarrarse las vestiduras, es parte de un proceso permanente. Están en la mira las propuestas y los actores.

Alguna vez entrevisté a José Woldenberg, justo en el proceso electoral del año 2000 cuyos resultados fueron históricos, y él me dijo en aquella entrevista: “La confianza no se gana de una vez y para siempre” es un edificio que hay que construir y reconstruir todos los días.


* Columna publicada el 12 de junio de 2022 en el Semanario de la Arquidiócesis de Guadalajara.

 

 



[1] Periodista, doctora en Historia, docente en ITESO.

miércoles, 16 de junio de 2021

"Llegó la Hora de los Pueblos"

En 1994, la noticia de un levantamiento armado en Chiapas nos cimbró en México y el mundo. Después de años de una paz simulada con los sucesivos gobiernos "revolucionarios" que sentaron las bases y construyeron sexenio tras sexenio autoritarismo, simulación, represión, guerra sucia, desigualdad, abusos de poder, corrupción, pobreza y violencia, los distintivos del sistema político mexicano, el surgimiento de un movimiento autonombrado Ejército Zapatista de Liberación Nacional abrió una pequeña ventana de esperanza porque se trataba de decir lo que nadie había dicho, de exigir lo que sólo se había atendido con paliativos o desdén y de alzar la voz para impulsar cambios en el status quo y pensar que otra realidad, mucho mejor por supuesto, más digna, era posible en México.

Hay estudios, libros y tratados sobre el movimiento zapatista; hay críticos y detractores y hay defensores a ultranza. Como todo, nada es así en esta vida. En lo personal, he deseado que transiten hacia una estructura política que se constituya en una opción para muchos mexicanos que se sentirían amplia y dignamente representados.

Esto que escribo es nada más preámbulo de un comunicado que el movimiento empezó a circular ayer, ante el bloqueo que sufren, resultado de prácticas discriminatorias, para realizar trámites ante la Secretaría de Gobernación y ante la Secretaría de Relaciones Exteriores. Todos los derechos para todas las personas. Que corra la voz.

A continuación, el comunicado aquí y la liga correspondiente para entrar a la publicación original:


Pronunciamiento del Colectivo 

"Llegó la Hora de los Pueblos"



Los y las integrantes del Colectivo “Llegó la Hora de los Pueblos” hemos recibido y leído con mucha indignación y preocupación el comunicado de la Comisión Sexta Zapatista, fechado el 11 de junio del 2021, en el que se describen las actitudes y prácticas racistas y discriminatorias con las que se ha negado a compañeros y compañeras zapatistas el derecho a un pasaporte mexicano, a pesar de cumplir con los requisitos correspondientes.


Lo descrito en el comunicado: el trato irrespetuoso, el lenguaje racista, la extranjerización y negación de su ciudadanía, la solicitud arbitraria de requisitos que no se solicitan a otros ciudadanos, revelan, en suma, la violencia burocrática y un racismo institucionalizado que se reproducen cotidianamente en las estructuras estatales.


A pesar de las reformas constitucionales en torno a los derechos indígenas y de los múltiples compromisos internacionales que se han firmado en la materia, se ha documentado ampliamente que el racismo en el trato que recibieron los y las compañeras zapatistas, es un problema estructural en los sistemas de justicia, salud y educación, y en múltiples espacios estatales donde la población indígena, afrodescendiente, campesina y los pobres racializados, son tratados como ciudadanos de tercera, negándoseles sus derechos fundamentales. Este racismo institucional se ha denunciado también en la expedición de otros documentos oficiales, como las actas de nacimiento, credenciales del INE, especialmente en regiones indígenas y afromexicanas.


En esta dirección, demandamos a la Secretaría de Gobernación que cese la demora y el bloqueo de múltiples actas de nacimiento al exigir igualmente requisitos indebidos que están impidiendo la tramitación del pasaporte.


En el caso específico que aquí denunciamos, los burócratas de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), han extralimitado sus atribuciones, actuando como agentes migratorios que tratan de controlar la salida de ciudadanos mexicanos negando el derecho al pasaporte. Si bien la SRE establece en su página, que los únicos requisitos para obtener dicho documento, son la acreditación de la nacionalidad mexicana (con acta de nacimiento), fotografía y pago correspondiente (https://www.gob.mx/tramites/ficha/pasaporte-ordinario-para-personas-mayores-de-edad/SRE112) a los y las solicitantes zapatistas se les han exigido requisitos innecesarios como certificados de estudios, cartas de validación de sus municipios, hasta demostrar lo que los funcionarios consideran “conocimientos generales” sobre México, con prácticas racistas que los agentes migratorios aplican a la población centroamericana en nuestras fronteras.


El día de hoy 15 de junio, desde presidencia se informó que se tomarían las medidas necesarias “para aclarar esta situación, pero si se cometió un error se va a resolver”. Estaremos atentos y vigilando la pronta solución al problema de la emisión de pasaportes. Sin embargo, recalcamos que no se trata de casos aislados, y que el problema de fondo no se resuelve exclusivamente sancionando a los funcionarios de la SRE. Consideramos que la visibilización de estos casos de las y los compañeros zapatistas, debe servir para hacer una denuncia más amplia respecto a los patrones racistas que sustentan el aparato burocrático del Estado mexicano.


Aprovechamos para manifestar públicamente nuestro apoyo a estos “Viajeros por la vida”, cuya travesía busca articular esfuerzos y trascender fronteras en las luchas contra el racismo y las políticas de muerte.


Colectivo de apoyo al EZLN, CNI CIG Llegó la Hora de los Pueblos.
Comunicado tomado de: Camino al andar.


sábado, 13 de marzo de 2021

¿Y el Lago de Chapala?

Ciudad Adentro

 

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)


 

Hice una revisión, y no exhaustiva, de las columnas y reportajes que he escrito en esta casa editorial desde hace casi 32 años, sobre el Lago de Chapala, la cuenca Lerma-Chapala-Santiago (ahora Lerma-Santiago-Pacífico) su consejo, su organismo; sobre el SIAPA, las fugas, la corrupción, las presas como El Zapotillo, Purgatorio, Calderón, aquel famoso crédito japonés, el Río Verde, los tandeos, los trasvases, los manantiales, el lirio, la contaminación, el canal de Atequiza, las plantas de tratamiento, la reforestación de la cuenca, en fin, y constato con preocupación, casi terror, que hemos estado caminando en círculos, porque el lago y todo el problema complejo y añejo del agua para Guadalajara han sido rehenes de intereses políticos-electorales y económicos que nos tienen, una vez más, en una situación crítica cuyas causas no son sólo el clima.

A principios de esta semana el gobernador del Estado, una vez más, traslada responsabilidades, ahora sin nomenclatura, y achaca la falta de agua a que no se hicieron trabajos para mejorar la distribución. Por supuesto, para él no cuenta que fue alcalde de Guadalajara y no dijo nada; y tampoco cuentan sus dos años al frente del Ejecutivo.

Tampoco cuenta para él que el temporal de lluvias del año pasado terminó cuando tenía qué terminar y desde entonces se sabía que llovió poco y enfrentaríamos problemas. Cero preparación, cero advertencia, cero campaña de concienciación, bueno, si pudiéramos valorar el interés que se tiene en el tema del agua desde el Gobierno del Estado, bastaría con revisar el tiempo y el espacio que se le ha dedicado al asunto en la presente administración.

Dice el gobernador que la presa de Calderón no tiene agua, está a menos de 20 % de su capacidad y resulta que de Calderón se toma 14 % de toda el agua que se consume en la zona metropolitana de Guadalajara. Además de las redes de distribución que identificó como un problema técnico, Alfaro dijo que no llovió lo suficiente el año pasado. Ahora sí que el Ejecutivo las trae nuevas o como si no nos hubiésemos percatado de tal realidad. El agua y las lluvias son, desde tiempos inmemoriales, tópicos muy sensibles para los habitantes de estas tierras.

Bueno, pues resulta que, además de que hay poca información (y lo que hallé fue después de un buen rato de búsquedas), sobre los niveles del Lago de Chapala (lo exiguo del temporal fue generalizado) me encontré con que Chapala está en un nivel muy bajo.

El gráfico, que obtuve en esta página: Comportamiento del Lago de Chapala 2019-2020, indica que mientras al 1 de enero de 2019 el lago estaba a 84.27 % de su capacidad y ese mismo día de 2020, estaba a 73.56 % --una baja ya de por sí considerable-- al 1 de enero de 2021, el Lago de Chapala estaba a 61.55 % de su capacidad. Por supuesto, estamos hablando de datos de hace dos meses. La información llega hasta el 26 de enero y los porcentajes son peores con una clara tendencia a la baja. El gráfico es elocuente porque muestra la evolución del nivel del vaso todo 2019 y todo 2020.



Fuente: CEA Jalisco con datos de CONAGUA.


La buena salud y estabilidad del Lago de Chapala es fundamental para el funcionamiento de la cuenca, del ecosistema, de las actividades económicas que dependen de actividades vinculadas con el lago (pesca, turismo) y del abasto de agua potable para los habitantes de los municipios de la ribera del lago y de la zona metropolitana, así como de varias industrias.

Es un problema grave, crítico, que no ha merecido la atención que requiere ya, el sentido es de urgencia. Habría que revisar los porcentajes de uso del agua, los niveles de las presas de todos los estados de la cuenca, el cumplimiento de los acuerdos; se tendrían que estar diseñando estrategias para que a Chapala no le falte agua, atender llamados y propuestas de expertos para que el agua del lago sea un recurso renovable, campañas de reforestación de cuidado del agua, en fin.

Urgen medidas, revisión de la realidad, un diagnóstico exprés, soluciones inmediatas y bien diseñadas y aplicadas, pero no veo que pase nada. No me sirve y a ningún habitantes de esta ciudad, que se diga hoy, a dos años de distancia, en un asunto básico como es la dotación de agua potable, que antes no hicieron quién sabe qué, cuando la falta de agua y la tendencia a la baja, data de hace, por lo menos, dos años.

Espero de verdad que se ponga atención en este asunto y se resuelva de una vez por todas. Lo seguiré siempre, pero ya no desde este espacio. Esta es la última colaboración que escribo para esta, hasta ahora, mi casa editorial por más de 32 años. Gracias a El Informador y gracias a los lectores por estar al pendiente, por su retroalimentación y lectura puntual cada sábado desde el primer día. Hasta pronto.