sábado, 1 de marzo de 2014

Insisto ¿'salvando a México'?

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Después de conocer el informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) relativo al Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) correspondiente a 2013 todavía me pregunto… mejor dicho, me vuelvo a preguntar ¿Salvando a México?
Lo peor de todo es que las muestras de que estamos en problemas se multiplican, pero la élite política está convencida de que “nos está salvando” y si ellos tienen esa convicción, lo demás no importa. Claro que (y aunque se ha dicho hasta la saciedad lo repetiré) es muy sencillo y cómodo afirmar que se está salvando a México o que estamos casi en el paraíso (parafraseando a Luis Spota) y que las reformas son la panacea y nuestro país prácticamente en automático pasará a las filas del primer mundo, desde la seguridad del sueldazo, las prestaciones, los viáticos, los seguros, los préstamos y los demás privilegios de que goza la clase política, sí, también la que forma parte –según esto— de la oposición, esa que dizque también nos representa y que dizque mejor.
Digo ¿o de qué tipo de salvamento se trata? ¿O te salvo para matarte? No entiendo. Basta revisar los números del estudio para saber que el poder adquisitivo de la  mayor parte de los mexicanos cayó y también, aunque parezca lo mismo pero no es así, el ingreso per cápita se redujo (y es un promedio).
Hace unas semanas, un estudio de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) reveló que México era el único país de la región en donde la pobreza y la indigencia habían aumentado en un año. ¡El único! De eso ¿alguien, algo, podrá salvarnos? No lo creo.
No lo creo y cada vez menos porque, por ejemplo, a partir de hoy nos aplican otro gasolinazo y ahora sí que después de tantos años con esta política de incrementos mensuales, no es lo duro sino lo tupido y se empieza a sentir, muy fuerte, el encarecimiento de la gasolina y de todo.
Es mejor que una entidad como el Coneval nos lo confirme, porque luego dicen que estamos locos y le tenemos mala idea al gobierno, pero en realidad no sería necesario porque un día y otro también, en la tiendita de la esquina, en el mercado, el tianguis y el supermercado, el incremento en los precios de todo se siente y se sufre en una proporción que va mermando a pasos agigantados la capacidad de compra de la mayoría de las personas, de clase media para abajo.
Para quienes, desde una postura de privilegio, sea fácil descalificar tal sentimiento y/o sufrimiento, basta con que hagan una prueba rápida, una ligera encuesta y pregunten a empleados, dependientes y otras personas que les prestan servicios, cómo está la situación económica, si les alcanza para lo mismo, qué han dejado de comprar, qué están sacrificando. Dos tres preguntas y se sorprenderán de la generalización de la crisis que viven las familias en sus economías.
Otra prueba es ir al supermercado preferido pero ahora sí fijarse en los precios y comparar cuánto cuestan los mismos productos cada tercer día, por ejemplo aceite, frijol, arroz, jitomate, cebolla... Las variaciones son notables y notorias.
¿Salvando de qué? ¿De comer? Es decir, es cierto que es un problema nacional la obesidad y que hay que bajar de peso a como dé lugar, pero tampoco matar de hambre, no creo que sea la forma de salvar a México ¿O sí?

El Coneval concluye que en 2013 creció el número de mexicanos que dejó de comprar una canasta básica con su salario porque el ingreso no fue suficiente. Y el ingreso laboral per cápita se redujo 3.4% más la inflación… Insisto ¿salvando a México?

Publicada en El Informador el sábado 1 de marzo de 2014.