Ciudad adentro
Las agresiones al pueblo mexicano se suceden y llegan por
todos los flancos. Lo peor es que los ataques, la negligencia, la represión, el desdén, la violencia, la ineficiencia con
sus altísimos costos, con más frecuencia de la que quisiéramos vienen del
Gobierno y sus “instituciones”.
La lista de agravios crece, se alimenta con datos como los
que revela el último estudio de la Coneval sobre pobreza en México por ejemplo;
o con las decisiones en Oaxaca con respecto al manejo de la educación y todo lo
que se está detonando; o la displicencia de la autoridad con relación a
cualquier tema crítico y la actitud permanente de simulación; o la situación
económica maquillada, manipulada con indicadores rebuscados que no tienen que
ver con el día a día de la población en materia de desempleo y poder
adquisitivo.
La violencia tiene muchas formas. A propósito de la
llamada violencia intrafamiliar y el avance en los estudios respectivos, desde
hace años se llegó a la conclusión de que había diferentes tipos: física,
psicológica, económica, patrimonial, sexual… Y también se definieron varias
modalidades: familiar, laboral y docente, comunitaria, institucional y
feminicida.
En varios tipos y modalidades encaja la violencia de que
somos víctimas desde hace décadas y todos o casi todos los casos los conocemos
y recordamos, se ha insistido en los hechos más recientes últimamente pero esto
es añejo, como las pérdidas, el dolor y la impotencia que se acumulan.
"Trabajo de campo en tiempos violentos"
Varios académicos fueron entrevistados recientemente
sobre la inseguridad y la violencia en su ámbito de trabajo y apenas me entero
de un documental presentado en 2011: “Trabajo de campo en tiempos violentos” y
del asesinato hace dos años de un antropólogo en Jalisco, Carlos López Cruz.
Después de mucho tiempo de callar, de guardar silencio, un grupo de académicos
e investigadores, particularmente antropólogos, arqueólogos y sociólogos,
decidieron romper el silencio y exponer una realidad que coincide en varios
aspectos con la de muchos otros mexicanos.
Uno de ellos tiene que ver con las razones para callar:
la dependencia laboral y el miedo son las principales, totalmente válidas y
comprensibles. En el caso de los investigadores, si están adscritos a una
entidad gubernamental como el INAH, por temor o conveniencia optan por cerrar
la boca y al mismo tiempo modifican sus rutinas laborales y reducen el tiempo o
lo eliminan de plano, del trabajo de campo y se concretan al trabajo de
escritorio.
Carlos Antonio Flores, del CIESAS (Centro de
Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social), dijo: “Eso los
hace estar poco incentivados a establecer una crítica, simplemente objetiva, y
los vemos reproducir la idea de que todo está tranquilo. Son parte del
funcionamiento un tanto perverso de la lógica institucional mexicana, la cual
pretende que la violencia puede disminuir si no se la enuncia”.
Esta afirmación expresa puntualmente lo que experimentan
muchas personas en distintos ámbitos, pero ahora este grupo de investigadores de
alguna manera habla por otros y además expone cómo las políticas presupuestales
contribuyen a empeorar la situación.
Este es un flanco vulnerable y bajo ataque que por lo general
desconocemos. Infortunadamente esto no es excepcional y cuando digo por todos
los flancos es porque no hay un sector (salvo el de los muy poderosos y
privilegiados que casi siempre están del lado de los agresores) que no sufra
por los agravios institucionales y porque es mucho y desde todos lados:
jóvenes, niños, maestros, obreros y trabajadores en general, estudiantes,
mujeres, adultos mayores, amas de casa…
Esto se confirma con la drástica disminución de la clase
media y el consecuente incremento de la pobreza. Los datos brutos del Coneval,
sin indicadores retorcidos, dicen que entre 2012 y 2014 el número de mexicanos
en pobreza pasó de 53.3 millones a 55.3 millones, exactamente dos millones más.
Lo demás son florituras que podrían servir para definir políticas públicas
efectivas pero que la clase política sólo usa para afirmar que en realidad no
es tanto o para cantar victoria como en Jalisco y echarse a dormir… Otra forma
de violencia, otro flanco.
Para el día de hoy están programadas varias manifestaciones
por diferentes causas en distintos puntos del país; las agresiones contra el
pueblo mexicano deben parar… desde todos los flancos.
Columna publicada en El Informador el sábado 25 de julio de 2015.
Columna publicada en El Informador el sábado 25 de julio de 2015.