sábado, 27 de febrero de 2016

Complicado

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Cómo me gustaría, algún día, cuando en verdad alcancemos la madurez política, escuchar que políticos de oposición al gobierno que sea, se muestran comprensivos y solidarios. Ojo, no se me vaya a malinterpretar: tampoco se trata de ser consecuentes, cerrar los ojos o sembrar para cosechar cuando sea necesario gozar de impunidad.
Y tengo que ir por partes porque, efectivamente, lo que quiero comentar es complicado. El tema es el relativo a la grabación que de Hugo Luna se filtró la semana pasada y que, como es común en estos casos, todavía da de qué hablar. Han pasado ocho días y las reacciones persisten incluida una denuncia penal por la presunta comisión de tres delitos presentada por el PAN Jalisco; amén de las expresiones de otro Hugo, pero Contreras, en el sentido que los dichos de Hugo Luna, jefe de Gabinete de Enrique Alfaro, presidente municipal de Guadalajara, “lastiman y ofenden”.
Para empezar, la cuestión es que ningún partido y, por ende, ninguno de los representantes actuales, sin entrar en mayor detalle porque hay diferencias, tiene algo así como la boca completa para criticar y señalar. La verdad es que aquí no hay quien arroje ninguna piedra porque no hallaremos a nadie libre de culpa.
Sus conductas como funcionarios, representantes populares o servidores públicos no son exactamente ejemplares y, en todo caso, tendrían mucho que cuestionar hacia el interior de sus propios partidos políticos. Tanto en el caso del PAN como del PRI podrían aprovechar la coyuntura para enmendarse y de una vez ofrecer disculpas por agravios añejos infligidos a los ciudadanos.
¿A qué me refiero con la comprensión y la solidaridad? Las filtraciones son prácticas cuestionables por donde se le vea. Quien graba una conversación ya tiene la intención de hacer uso de ella, ya sea para chantajear o simplemente para hacerla pública. No tendría que ser así, porque, incluso, si la grabación no iba como se esperaba, pues hasta se podría uno imaginar la manipulación correspondiente para que quedara grabado lo suficiente para inculpar, señalar, juzgar y demás.
Entonces, todos los políticos deberían unirse para evitar estas prácticas y, al mismo tiempo, si no resulta muy difícil, signar un compromiso real e inviolable, de transparencia y rendición de cuentas. ¿Por qué no lo hacen? Porque todos, más tarde o más temprano —siempre se puede ofrecer— tendrían la posibilidad de acceder al mismo recurso, muy ajeno a los valores democráticos, por cierto. Así que no, ni comprensión, ni solidaridad, mucho menos un frente común. Malo.
Por supuesto, la postura de Hugo Luna que sus palabras y sobre todo el tono dejan de manifiesto, es de alguien por lo menos, así, por lo bajito, autoritario. El directamente involucrado sostiene que la grabación está editada y esto si lo pongo en duda, nada más y nada menos por el mensaje de Alfaro a través de Facebook quien tuvo que contestar punto por punto los dichos de su colaborador, ofreció disculpas y dio la cara como responsable de incluir entre su equipo a su actual jefe de Gabinete.
Sobre esto dos cosas: la primera, celebro el mensaje del presidente municipal. Me parece honesto, derecho, claro y transparente, de frente a la ciudadanía para justificar la actuación  de su jefe de Gabinete; la segunda, lamento que lo sostenga. Se podría alegar que no hay delitos implícitos ni presuntos en lo que dijo el funcionario y está bien, no hay problema, pero de fondo hay una actitud más mala que buena y que se perfila como causante de futuros problemas al Gobierno municipal si Alfaro no toma cartas en el asunto. Esta actitud suya de sostener en los puestos a los individuos a costa de lo que sea es una espada de doble filo que, aguas, se podría volver en su contra, convertirse en un efecto perverso y, lógicamente, indeseable por donde se le vea.
Un partido distinto a los tradicionales es gobierno en Guadalajara (y casi en toda la zona metropolitana) y las expectativas de la ciudadanía son altísimas, como nunca antes desde que conocemos la alternancia. Es muy delicado el ambiente en el que esto se desarrolla porque la mira está en las autoridades, la gente está atenta y no se diga la oposición que, como siempre, no desaprovecha oportunidad alguna para denostar y llevar agua para molinos electorales, que no sociales.
No es momento para correr tan altísimos riesgos con individuos que no tienen medida ni límites y que podrían estar sufriendo las tan conocidas transformaciones o mutaciones que causa el poder. Complicado, sí, pero no irremediable.

Columna publicada en El Informador el sábado 27 de febrero de 2016.


domingo, 21 de febrero de 2016

Ganas de llorar

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

El Papa Francisco habló claro y fuerte a los mexicanos. Efectivamente creo que en sus mensajes insistió en señalar o simplemente referirse a realidades que para la clase política y el alto clero, forman parte del cúmulo inconmensurable de simulaciones añejas y cotidianas. El Papa dijo muchas cosas con todas sus letras, sin embargo, entre los destinatarios no hay buenos entendedores ni disposición para sentirse aludidos y enmendarse.
De alguna manera, al final de su visita, el Pontífice lo dijo en un gesto de empatía con la gente: “[…] les aseguro que por ahí en algún momento sentía como ganas de llorar al ver tanta esperanza en un pueblo tan sufrido”.
Fue claro cuando al dirigirse a los obispos les dijo que no se necesitan “príncipes” y que están descuidando sus compromisos y deberes con los fieles que son su responsabilidad. Y el siguiente párrafo no tiene desperdicio:
“La experiencia nos demuestra que cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano, la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento y frenando el desarrollo”. También es caldo de cultivo de manifestaciones sociales y radicalización de posturas; el ambiente ideal para la ruptura y deterioro del tejido social y, por ende, de la división y la intolerancia.
Lo malo de estas afirmaciones que no llevan destinatario, aunque dedicatoria sí, es que nadie se pone el saco. Y ahí está la muestra con la fila de dizque defensores del Estado laico e “ilustres” miembros de la clase política mexicana en el besamanos tomándose fotos con el Papa para luego subirlas a sus perfiles de redes sociales electrónicas. Muy sonrientes todos, muy felices, seguros y felices con bolsillos y estómagos llenos y rebosantes.

Papa Francisco en Ciudad Juárez (Foto: SDPNoticias).

Francisco se dirigió a los mexicanos para que no nos resignemos a la violencia y, de fondo, es un llamado a la no resignación en una lectura muy personal pero que entiendo como una forma de quitarnos la impronta de pueblo sufrido, que lo somos, pero es posible poner remedio. No resignarse a la violencia, fue la exhortación, pero por extensión quiero pensar que se trata en realidad de abandonar esa actitud con respecto a todos los ámbitos de nuestra vida: no resignarnos a la corrupción, al abuso de la clase política, a la fatalidad del sistema; no resignarnos a las injusticias ni a la desigualdad, no permitir negligencia ni malos tratos, mucho menos ataques a los derechos humanos.
Regreso al párrafo anterior del discurso el Papa de hace una semana: ¿quién busca el camino del privilegio? ¿Quién, el beneficio en detrimento del bien de todos? No puedo sino voltear a la clase política que, reitero, se solaza en esquilmar a la Nación.
Sí, aunque hubiera querido más (no me conformo), Francisco sí cumplió en general las expectativas en cuanto al contenido de sus discursos; y sigo creyendo que las palabras que no son demagógicas tienen un valor profundo y propician la reflexión y el discernimiento; pero también creo que el padre Alejandro Solalinde tiene razón sobre su afirmación de que la visita del Papa fue “privatizada” o el mismo Papa, cooptado por los poderosos que organizaron las actividades.
Las masas de mexicanos, los más devotos y fieles, el pueblo sufrido y resignado, estuvo al margen de las visitas, salvo en Chiapas; los mexicanos, los pobres y desprotegidos, los violentados, los desaparecidos, los asesinados, los deudos de todos ellos, los migrantes, sí estuvieron en el pensamiento y las palabras del Pontífice pero no en los actos, porque no forman parte de las redes del tráfico de influencias y no son “gente bonita” del canal de las estrellas, esa a la que se refirió el padre Solalinde en su comentario.
Quedan las palabras y dejó aquí una liga que incluye todos los discursos y homilías del Papa en México, porque aparte de todo, la información que se difunde sólo es parcial y en muchos casos fue tamizada: https://www.aciprensa.com/ebooks/PapaenMexico.pdf.

No basta, pero puede servir para empezar a abrir los ojos, quizá, primero, para enjugar esas lágrimas que los arrasan cuando dan ganas de llorar. 

Columna publica en El Informador elsábado 20 de febrero de 2016.

sábado, 13 de febrero de 2016

¿Y el México perfecto?

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Prácticamente en la víspera de la llegada del Papa Francisco, dos hechos violentos, reprobables e indignantes tienen como escenario ese México perfecto que desde la Presidencia quieren imponer, como si fuera posible ocultar una realidad lacerante y dolorosa para todos los mexicanos.
El secuestro y asesinato de Anabel Flores, periodista joven veracruzana se suma a la cada vez más larga lista de colegas que no sólo han perdido la vida como resultado de la corrupción que campea en el país, sino que además es criminalizada, su honestidad se pone en duda para justificar su homicidio. No es la primera vez. En los últimos tiempos, particularmente desde el sexenio de Felipe Calderón, se infiere que muchas víctimas del narcotráfico y periodistas específicamente “andaban en malos pasos” y que por eso.
El dolor de las pérdidas se agudiza con las mentiras, las sospechas que se vierten sobre los cuerpos aún tibios de tantos muertos que no sabemos si son falsos positivos, crímenes de Estado y/o francos ataques a la libertad de expresión.
Y otra vez Veracruz, la entidad, hoy por hoy, más peligrosa para ejercer el periodismo en México y, por extensión, en el mundo. Ese Estado cuyo gobernador, en tono amenazante, advierte a los reporteros que se porten bien, o si no ¿qué?
Después del asesinato de Anabel Flores, una cruz más en el cementerio de las voces y las palabras, muy temprano el jueves nos despertamos con la noticia del motín en el reclusorio de Topo Chico en Monterrey, Nuevo León. Casi 50 muertos en uno de los hechos más violentos en décadas.
La información inicial era imprecisa y hasta el momento no se puede saber de bien a bien qué pasó. Como no se reclama a otros gobernadores en el mismo tono, ahora el Senado exige a quien llegó como candidato independiente al Gobierno del Estado, Jaime Rodríguez Calderón “el Bronco” que explique los hechos en la cárcel. Así se le debería exigir a todos, pero bueno, ese es otro asunto y en todo caso habría que llamar a cuentas al ex gobernador.
El caso es que primero se dijo que un grupo de reos provocó un incendio para distraer a las autoridades y escapar; y después que todo empezó por una riña entre los grupos de reos que controlan la prisión.
Independientemente de las causas, queda en evidencia, una vez más, la pudrición del sistema mexicano ¿de justicia? Las cárceles, la corrupción interna, las injusticias, el hacinamiento, las condiciones inhumanas, los reos sin sentencia, los inocentes privados de su libertad, el tráfico de drogas, las extorsiones vía celular, el ingreso de mujeres, los presos con privilegios y más de esto, no es sino reflejo de la descomposición de la clase gobernante.
No es la primera vez que se tiene noticia de la situación en la que están los reclusorios en el país y justo el jueves se publicó en este diario la realidad de la cárcel de Puente Grande en Jalisco; recuerdo también el documental “Presunto culpable”, películas, reportajes e historias que reporteros investigadores han dejado en evidencia para que se haga algo, pero la clase gobernante sigue desdeñando las denuncias y los reclamos ciudadanos. Qué vergüenza.
¿Cómo podrían los diplomáticos de Peña Nieto callar al Papa Francisco? ¿Cómo podrían con una realidad que se nos viene encima y nos aplasta? ¿Cómo, ante las dolorosas, lacerantes y terribles evidencias y tan cercanas? ¿Por qué mejor no se comprometen a trabajar por México en serio? ¿Por qué ese México perfecto que pregonan y quieren imponer no se convierte en su aspiración, en su meta y objetivo?
No hay tal México perfecto y feliz de los videos y canciones oficiales para la recepción del Papa Francisco, que se ha convertido para las televisoras en un asunto mediático y de un negocio más, otra forma de esquilmar a los mexicanos.
Francisco tiene preparados por lo menos 12 discursos en los que, hasta donde se ha difundido, criticará la violencia y la desigualdad en nuestro país. A ver si al Papa si le creen, le hacen caso y terminan de una vez por cumplir con las altas responsabilidades que se les han confiado. Y si no ellos, los mexicanos.

Columna publicada en El Informador el sábado 13 de febrero de 2016.


sábado, 6 de febrero de 2016

El poder de Francisco

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Creían que la tendrían fácil: ‘invitamos al Papa, enloquecemos a las masas de mexicanos fieles y fervorosos para que no piensen ni se fijen en la realidad nacional, para que no pregunten, para que no exijan ni manifiesten sus inconformidades y chance y hasta logramos no sólo distracción sino olvido de los problemas más graves y urgentes’ con una crisis económica que amenaza con empeorar, con más de 50 millones de mexicanos pobres, con deficiencias insostenibles en servicios sanitarios y educativos, decenas de miles de muertos y desaparecidos  y una impotencia descomunal.
Muy conveniente, pues, seguro pensaron en las altas esferas de gobierno, la visita del Papa Francisco. Desde hace algunas semanas, conforme se acerca la fecha de que Francisco visite tierras mexicanas en calidad de sumo pontífice y/o jefe del Estado vaticano, en las televisoras se difunden canciones tipo aquella de Roberto Carlos para Juan Pablo II que le dio la vuelta al mundo y realmente despertaba emociones.
Por supuesto que no puedo hablar por todos, pero se me figura que estas estrategias de los grandes medios electrónicos en México no están surtiendo los efectos que quisieran, que esperan. En lo personal se me hacen recursos trillados y sobados, obsoletos además si pensamos en que la sociedad mexicana es totalmente distinta a la que recibió por primera vez a Juan Pablo II y de que el papa Francisco no es Juan Pablo II. Esto último, que pudiera parecer una verdad de Perogrullo, tendría que explicarse muy bien, reitero, en las altas esferas del Gobierno mexicano en donde, creo, priva la confusión.
De alguna manera esto queda en evidencia con las “estrategias” mercadotécnicas que se refieren a un México que no existe, que no es feliz, cuyo tejido social sufre graves y profundas rasgaduras. Hablan de un México de fantasía, de película cursi y falsa que no encaja, no embona con el México que vivimos y sufrimos todos los días, con injusticias, corrupción, abusos, políticos ávidos de poder y de mantener sus carreras a costa del erario público; un México en donde increíblemente se gastan miles de millones de dólares en un avión mientras millones de mexicanos no tienen casa, ni trabajo, ni comida.

Papa Francisco (Fotografía tomada de Consulta Veracruz).
Esta visita del Papa Francisco que seguramente siguen creyendo conveniente, quizá a lo que contribuya es de una vez a tirar el tinglado de la obra teatral que representa la clase política en pleno.
Porque esta es apenas una parte del asunto. La otra es que el Papa Francisco, poderoso nada más por eso, está imponiendo condiciones que el Gobierno de México trataba de evitar como llegar a ciertos lugares en Guerrero y Chiapas; y abordar temas que para las autoridades representan los principales temas de cuestionamiento en la presente administración, de manera específica los 43 normalistas desaparecidos.
Justo esta semana, para algunos analistas precisamente por eso, el sumo pontífice ofreció una conferencia de prensa en donde habló de los problemas que nos aquejan: narcotráfico, corrupción y violencia, los temas que la administración peñista no quiere que se aborden. La definición de los sitios tanto en Guerrero como en Chiapas como parte del itinerario del Papa es significativa por todo lo que ambas entidades representan. Para muestra sólo dos botones: Ayotzinapa y el EZLN.
Durante siglos, miembros de la jerarquía de la Iglesia católica han estado del lado de los poderosos; Francisco ha dado muestras (y todavía no suficientes en muchos casos) de que está más con la gente y no sólo católica. Ha manifestado sus preocupaciones por la humanidad. La visita a nuestro país que iniciará dentro de una semana es la gran oportunidad de que, por lo que respecta a los mexicanos, su santidad contribuya a que esas masas que desde el gobierno y las televisoras se pretende manipular, abran los ojos.
Este es el gran poder de Francisco, el mismo que la clase política no quiere que ejerza porque no es conveniente para quienes han esquilmado al pueblo mexicano desde hace centurias.

Esta información que trasciende sobre los desencuentros diplomáticos entre el Gobierno mexicano y el Vaticano, en realidad es esperanzadora, es noticia de que el poder del Papa está, puede y debe estar, al servicio de los fieles.

Columna publicada en El Informador el sábado 6 de febrero de 2016.